31.3.10

Cada uno de los distintos estados sucesivos de un fenómeno natural

Es indiscutible que la vida se caracteriza por una serie de sucesiones inevitables de hechos, los cuales cuando se ven interrumpidos no dejan tanto de existir en el tiempo como en la consciencia. Desde que decidimos cual va a ser nuestro lugar en el Mundo a largo plazo, fijamos metas tajantes y necesarias para conseguir completar nuestra evolución y básicamente con esto me refiero a alcanzar un objetivo. Pues bien, si una persona se caracteriza, pongamos el ejemplo, por ser abogado, ¿qué era durante el tiempo de la persecución de esta casilla? y no me refiero a la evidencia de estudiante de Derecho, si no a qué era en tanto al lugar que ocupa como ser que aun no tiene establecido su rango soñado y en el que habita la incertidumbre. Supongo que es una cuestión existencial, pero si una profesión se caracteriza por haber logrado o pasado ciertas metas, o si una persona, digamos feliz, lo es por haber superado obstáculos autoinfligidos y lograr una estabilidad emocional, ¿que es la persona que no lo consigue? ¿existe una definición para el que quiso ser juez o la que quiso ser feliz? El hecho de superar metas y finalizar etapas, está asumido y nombrado en cada caso específico. El hecho de vivir transitivamente, sin una decisión o un salto definitivo, vive en el temor. Nadie se plantea seriamente ser un transitante, ya que el propio nombre indica el que pasa de un lado a otro nuevo. Quizás estoy ante un problema lingüístico, y trabajar con quien habita este periodo es un intento de dignificar todo lo que se tambalea antes de cimertarse.

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